11) Los mundos encadenados en la realidad de
este mundo corporal simbolizan un lugar donde hay un cuerpo y un
alma, un tiempo de corrupción y otro de corrección. El cuerpo, el
cual es el deseo de recibir para sí mismo, está extendido desde su
raíz en el pensamiento de la creación, a través de los sistemas de
los mundos impuros, tal como el versículo dice: “Y un potro de asno
será convertido en hombre” (Job 11,12) y permanecerá bajo la
autoridad de ese sistema por los primeros trece años, el cual es el
tiempo de la corrupción".
A través de la observación de la Torá y Mitzvot
(preceptos) a partir de los trece años, con el fin de entregar
alegría a su Creador, empieza a purificar su deseo de recibir, y
lentamente lo cambia con el fin de entregar, a través del cual
extiende un alma sagrada desde su raíz en el pensamiento de la
creación. Pasa a través del sistema de los mundos sagrados y se
viste en el cuerpo. Este es el tiempo de la corrección.
De esta manera él acumula grados de santidad a
partir del pensamiento de la creación en el Infinito, hasta que
estos le ayuden a cambiar su deseo de recibir para sí mismo, a
recibir con el fin de entregar alegría a su Creador, y no para sí
mismo. Por eso, uno adquiere equivalencia de forma con su Creador,
porque la recepción con el fin de entregar es considerada un
otorgamiento puro.
En Masejet Kidushin se dice que en compañía de
un hombre importante ella da y él dice – por eso tú estás
santificada. Porque la recepción con el fin de satisfacer al que da
es considerada otorgamiento absoluto. Por eso uno adquiere adhesión
completa con Él, la adhesión espiritual no es más que identidad de
forma, como nuestros sabios dijeron, “uno no se apega a Él, sino a
sus atributos”, y por eso un hombre llega a ser digno de recibir
gozo, placer y nobleza dentro del pensamiento de la creación.
12) Por lo tanto, hemos explicado claramente la
corrección del deseo de recibir que está grabado en las almas por el
pensamiento de la creación. Él ha preparado para ellas dos sistemas
de mundos, uno frente al otro, a través de los cuales las almas
pasan y se dividen en dos aspectos, el cuerpo y el alma, y se visten
una en la otra.
Y a través de la Torá y Mitzvot los seres
humanos finalmente cambian el deseo de recibir a deseo de otorgar, y
entonces pueden recibir todos los placeres en el pensamiento de la
creación. Con esto adquieren una adhesión sólida con Él porque a
través del trabajo en la Torá y Mitzvot han logrado similitud de
forma con su Creador, la cual es considerada el final de la
corrección. Y entonces, no habiendo más necesidad por el Otro Lado
maligno, este sería eliminado de la tierra y la muerte cesaría para
siempre. En ese caso, todo el trabajo que fue dado al mundo en los
pasados seis mil años, y a cada persona por la duración de sus 70
años de vida, sólo es con el fin de llevarlas al final de la
corrección, a la similitud de forma aariba mencionada.
El objetivo de la formación y extensión de los
sistemas de las cáscaras y la impureza a partir de Su Santidad está
también completamente claro ahora. Si nuestros cuerpos, con sus
deseos corruptos de recibir, no hubieran sido extendidos a través de
los sistemas impuros, nunca habríamos sido capaces de corregir los
deseos; uno no puede corregir aquello que no está en él.
13) Además, tenemos aún que comprender, ¿cómo
podría el deseo de recibir, cuando es tan imperfecto y corrupto,
haberse extendido desde el pensamiento de la Creación en el
Infinito, cuya unidad está más allá de las palabras y más allá de la
descripción?. Además, por el verdadero pensamiento de crear las
almas, Su pensamiento completa todo, Él no necesita una acción en
el camino que hacemos. Y debidamente alejadas vinieron a estar todas
las almas (y mundos) que fueron destinadas a ser creadas, llenadas
con todo el placer, gozo y nobleza que Él ha planeado para que
posean. En la perfección final las almas han sido destinadas a
recibir en el fin de la corrección, significando que después, el
deseo de recibir en las almas ha sido completamente corregido y
convertido a puro otorgamiento, completamente idénticas al Emanador.
Esto es porque en Su Eternidad, el pasado y el
presente son como uno, y el futuro es como el presente y en Él no
hay tal cosa como el tiempo. Y debido a eso nunca existió el
objetivo del deseo corrupto de recibir en su estado separado, en el
Infinito. Al contrario, aquella similitud de forma se destinó a ser
revelada en el fin de la corrección, apareció instantáneamente en el
Infinito. Y nuestros sabios dijeron acerca de aquello: “Antes que el
mundo haya sido creado existieron Él y Su nombre como uno”. Pues la
forma separada del deseo de recibir no ha sido revelada en la
realidad de las almas que se extendieron en el pensamiento de la
creación, más bien ellas fueron unidas a Él en similitud de forma,
como “ Él y Su nombre, como uno”.
14) Esto lo encontramos en su totalidad a
través de tres situaciones para el alma:
Primera situación:
Su presencia en el Infinito, en el pensamiento de la creación, donde
ya tienen la forma futura del Fin de la Corrección. Segunda
situación: Su presencia en los seis mil años, los cuales fueron
divididos por los dos sistemas en un cuerpo y un alma, cuando el
trabajo en la Torá y Mitzvot fue dado con el fin de convertir su
deseo de recibir a un deseo de entregar alegría a sus Creador, y no
para sí mismos. Durante ese tiempo no habrá corrección para los
cuerpos, solamente para las almas. Eso significa que estas tienen
que eliminar cualquier aspecto de recepción para sí mismas, y en vez
quedar con un deseo de otorgamiento que es la forma del deseo en las
almas. Incluso las almas de los sabios no serán capaces de
regocijarse en el Paraíso después de su partida, sino sólo después
que el cuerpo se pudra en el polvo.
Tercera situación:
este es el estado del Fin de la Corrección de las almas, después de
la muerte. En este momento la completa corrección vendrá a los
cuerpos, para entonces la recepción por sí misma, la cual es la
figura del cuerpo, adoptará la forma del puro otorgamiento, y
llegará a ser digna de recibir para sí misma todos los placeres,
deleites y bondades en el pensamiento de la creación. Con todo eso
se logrará adhesión sólida debido a su equivalencia de forma con el
Creador, puesto que ahora toma placer completo en el otorgamiento.
En breve usaremos los nombres de estas tres situaciones, que
significan la primera situación, la segunda situación y la tercera
situación, por lo que vale la pena recordar todo lo que se ha dicho
sobre cada una de ellas.
15) Cuando examinamos las tres situaciones
arriba mencionadas, encontraremos que una necesita completamente de
la otra, en una manera que si una fuese a ser ocultada, la otra
sería también ocultada.
Si por ejemplo, la tercera situación, la cual
es la conversión de la forma de recepción a la de otorgamiento, no
se hubiera materializado, entonces la primera situación tampoco.
Esto es porque la perfección no se materializó allí, sólo a causa
de que la futura tercera situación ya se había materializado como si
estuviese presente. Toda la perfección que fue dibujada en ese
estado es similar a una reflexión del futuro en el presente. Si el
futuro pudiera ser ocultado, no habría ningún presente. Por
consiguiente la tercera situación necesita de la existencia de la
primera.
Más aún, cuando algo de la segunda situación es
ocultado, porque allí es donde está todo el trabajo que es destinado
a estar en la tercera situación, es decir, el trabajo de la
corrupción y la corrección y la continuación de los grados,
entonces, ¿Cómo ocurrirá la tercera situación?. Por consiguiente
vemos que la segunda situación necesita de la existencia de la
tercera.
La existencia de la primera situación en el
infinito es donde radica la perfección de la tercera situación. En
definitiva necesita ser adaptada, lo cual significa que la segunda
y tercera situación se materializan en completa perfección. En ese
sentido,la primera situación por sí misma necesita la
materialización de los dos opuestos sistemas en la segunda situación
con el fin de permitir la existencia de un cuerpo en el deseo de
recibir, el cual ha sido corrompido por el sistema impuro,
permitiéndonos así corregirlo. Y si no hubiera habido un sistema de
mundos impuros, no tendríamos el deseo de recibir y no podríamos
haberlo corregido y llegar a la tercera situación, “uno no puede
corregir aquello que no está en él”. Por lo tanto, no necesitamos
preguntar cómo el sistema impuro surgió desde la primera situación.
Es la primera situación la que necesita su materialización y esa
forma de existencia en la segunda situación.
16) Por consiguiente, uno no debe sorprenderse
de cómo la elección ha sido tomada de nosotros, puesto que nosotros
debemos estar obligados a llegar a la tercera situación, la cual ya
está presente en la primera. El asunto es que hay dos caminos que el
Creador ha puesto para nosotros en la segunda situación para
traernos la tercera situación: A) La vía de la observancia de la
Torá y Mitzvot. B) La Vía del Dolor, puesto que el dolor refina al
cuerpo y eventualmente nos obliga a convertir nuestro deseo de
recibir a la forma de un deseo de otorgar y juntarnos a Él. Es como
nuestros sabios dijeron: “Si vosotros te arrepientes, bien, si no,
Yo colocaré sobre vosotros un rey como Haman, y él hará
arrepentiros”. Nuestro sabios dijeron: “Si ellos están de acuerdo,
Yo aceleraré su tiempo, y si no, será a su debido tiempo”. Esto
significa que si, estamos de acuerdo, a través de la primera vía,
por observancia de la Torá y Mitzvot, aceleraremos así nuestra
corrección, y no necesitaremos la desagradable agonía y el
alargamiento del tiempo que toman con el fin de obligarnos a la
reforma. Y si no, “será a su debido tiempo”.
Esto significa que sólo el dolor obligará
nuestra corrección y el tiempo de la corrección será forzado sobre
nosotros. En general, la vía del dolor es también el castigo de las
almas en el Infierno. Pero el Fin de la Corrección, el cual es la
tercera situación, es una obligación absoluta, en una vía o en la
otra, a causa de la primera situación. Nuestra elección está
solamente entre la vía del dolor y la vía de la Torá y Mitzvot. Así
lo hemos hecho muy claro de cómo las tres situaciones de las almas
están conectadas una a la otra y necesariamente necesitan una de la
otra.
17) A partir de todo lo anterior comprendemos
completamente la tercera pregunta, que cuando nosotros nos
examinamos, nos vemos como seres corrompidos tan bajo como se es
posible. Pero cuando examinamos al Creador quien nos creó, debemos
exaltarnos porque no hay más alto que Él, como proviniendo del
Creador quien nos creó, porque la naturaleza de lo completo es
ejecutar actos completos.
Ahora podemos comprender que nuestro cuerpo,
con todos sus pequeños incidentes y posesiones no es nuestro cuerpo
real , puesto que nuestro cuerpo real, el cuerpo eterno y completo,
ya existe en el Infinito, en la primera situación, donde él toma su
forma perfecta a partir de la futura tercera situación, lo cual
significa recibir en la forma de entregar, que es equivalente en
forma con el Creador.
Y si nuestra primera situación requiere que
recibamos la cáscara de aquel cuerpo en la segunda situación, en su
forma corrupta y repugnante, la cual es el deseo de recibir para sí
mismo, la fuerza que nos separa del infinito, de modo que lo corrija
y nos permita recibir nuestro cuerpo eterno en la práctica, en la
tercera situación; no necesitamos protestar en contra de eso.
Nuestro trabajo no puede ser hecho sino en cuerpos así de
transitorios e inútiles como los nuestros, ya que “uno no corrige
aquello que no está en él”.
De esa manera, nosotros ya estamos en ese
estado digno y perfecto, adaptado a un operador perfecto quien nos
ha creado en esa segunda situación, para que este cuerpo no nos
abandone de ninguna manera ya que va a expirar y a morir, y está
aquí sólo por el tiempo necesario para la cancelación y recepción de
nuestra forma eterna.
18) De esta manera llegamos a la quinta
pregunta: ¿Cómo podría ser que a partir de lo eterno se extiendan
acciones inútiles y transitorias?. Vemos además que de hecho, ya han
sido extendidas como deberían, dignas de Su eternidad, simbolizando
seres perfectos y eternos.
Hemos dicho antes (ítem 13), que esta forma de
nuestro cuerpo, la cual es el deseo de recibir para sí mismo, de
alguna manera no está presente en el pensamiento de la creación, ya
que estamos concebidos como la tercera situación, no obstante, es
una obligación la segunda situación, con el fin de permitirnos
corregirlo. No debemos considerar otros seres en el mundo sino el
hombre, puesto que el hombre es el centro de la creación.
Y todas las otras creaciones no tienen valor
por sí mismas, sino al punto que son útiles para hacer que el hombre
logre su integridad. Por consiguiente, suben y bajan con él sin
ninguna consideración por sí mismas.
19) Con esto, llegamos a la cuarta pregunta:
Puesto que la naturaleza del bien es dar, ¿cómo Él inicialmente creó
seres que serían atormentados y agonizados a lo largo de sus vidas
enteras?. Porque, así como dijimos, toda nuestra agonía es
necesitada por nuestra primera situación, donde nuestra completa
eternidad que viene de la futura tercera situación nos obliga a ir
ya sea por la “vía de la Torá” o por la “vía del dolor”, y llegar a
nuestro estado eterno en la tercera situación (ítem 15).
Pero esta agonía es sentida solamente por la
cáscara de nuestro cuerpo, creado sólo para perecer y ser enterrado.
Y esto nos enseña que el deseo de recibir para sí mismo, es creado
sólo a fin de ser erradicado, abolido del mundo y convertido a un
deseo para otorgar. Los dolores que sufrimos son sólo
descubrimientos de su poco valor y el daño en él. Además, cuando
todos los seres humanos acuerden abolir y erradicar su deseo de
recibir para sí mismos, y no tengan otro deseo sino el de entregar a
sus amigos, todas las preocupaciones y amenazas en el mundo cesarían
de existir. Todos estaríamos asegurados con una vida completa y
saludable, puesto que para todos y cada uno de nosotros sería un
mundo completo, listo para satisfacer cada necesidad.
Cuando cada uno tiene sólo el deseo de recibir
para sí mismo, se originan los dolores, las guerras y las matanzas
de las cuales no podemos escapar. Debilitan nuestros cuerpos con
toda clase de heridas y malestares y si nos damos cuenta, todas las
agonías en nuestro mundo no son sino manifestaciones que son
ofrecidas a nuestros ojos, con el fin de empujarnos a anular la
cáscara maligna del cuerpo y enfrentar la forma completa de la
voluntad de recibir. Tal como hemos dicho, la vía del dolor por sí
misma puede llevarnos a la forma deseada. Tengan en mente que los
Mitzvot (preceptos) entre hombre y hombre vienen antes que los
preceptos entre el hombre y Dios, porque el otorgamiento a su amigo
lo lleva a entregar a su Creador. |